lunes, 13 de diciembre de 2021

II CERTAMEN CUENTOS IES AL-ÁNDALUS. PRIMER PREMIO

 

 

 LA PIRATA VERDE

 

Cuando era pequeña, Cloe, niña de piel blanca, tenía la idea de ser pirata como su padre. La madre de Cloe tuvo una nueva hija, a la que llamaron Aldi. Vivían en Velde, un lugar donde convivían personas de piel verde con personas de color blanco. Era una zona montañosa y los de color verde vivían en una gran cueva con inmensos tesoros de sus antepasados piratas. Cloe quería cuidar de su familia porque ya no tenía a su padre, pero la banda de niños piratas le hacían la vida imposible porque la veían débil. Los chicos comían carne ahumada y atacaban a barcos ingleses.


Un día Cloe tuvo una gran idea: podía hacerse pasar por un chico de piel verde de los que vivían en cuevas. Fue a su cocina y cogió un mortero de madera que tenía su madre, lo metió en una talega junto a un bote de alcohol y emprendió camino al bosque. Una vez en el bosque, buscaba plantas que pudiera machacar con la ayuda del alcohol y obtener un líquido verde para untárselo en la piel. Cogió plantas verdes y le echó alcohol, pero la mezcla le salió marrón, entonces, añadió otra planta aún más verde y ya lo consiguió. Se lo llevó a su casa y se lo puso allí para que nadie la viera. Al terminar, parecía un chico del grupo de las cuevas. Se fue al desván y buscó en un arcón antiguo ropa de pirata. Se puso una camisa blanca y un pantalón gris con botas altas. También se colocó un cinturón de hebilla ancha y, por último, se puso una chaqueta roja. El pelo se lo cortó como un niño con la ayuda de una espada que encontró de su padre y, después, se colocó un pañuelo a cuadros rojos.


Cloe era feliz e iba en busca de aventuras. Se cambió de nombre, Jacke, y se presentó ante la banda como un chico de la montaña. Ellos lo aceptaron y, poco a poco, fue convirtiéndose en el líder de una pandilla de cincuenta piratas. Cuando estaban juntos en el mar, jugaban a luchar contra los enemigos, echaban pólvora a los cañones y, de vez en cuando, robaban barcos de otros países; con lo cual podría ayudar a su madre y hermana.


Con el tiempo, los chicos se hacían mayores y les crecía barba, pero era extraño que Jacke era lampiño. Un día, uno de los chicos la descubrió; era una chica, así que Cloe tuvo que contar la verdad. Los chicos lo comprendieron y la aceptaron. Además, Cloe seguía siendo líder y, a partir de entonces, se admitían chicas piratas.

Ángela García Brenes

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